domingo, 26 de mayo de 2013

Bolas de Geisha

En el antiguo Japón, un poderoso señor feudal ordenó idear algún sistema que le permitiera disponer de sus concubinas tan inmediatamente como deseara y que siempre estuvieran receptivas, sin necesidad de preliminares.
De esta forma, ellas ingeniaron una pequeña esfera de marfil que introducían en sus vaginas, que les permitía estar siempre preparadas para su señor.

Éste es uno de los posibles orígenes de las bolas de geisha, bolas chinas o bolas Ben Wa,  (aunque no olvidemos que las geishas no son concubinas, sino verdaderas maestras en distintas artes tradicionales japonesas -música, danza, narración, ceremonia del té...- contratadas para acudir a fiestas, cierres de negocios, ...).

Las bolas de geisha, actualmente, son un medio para mantener nuestro suelo pélvico en forma.
El suelo pélvico soporta la parte inferior del útero, el esfínter de la vejiga y el ano. Los partos, las sobrecargas corporales crónicas o malas posturas pueden provocar incontinencia urinaria de esfuerzo o estrés: el simple hecho de estornudar, toser, reír, coger peso, el ejercicio físico... puede provocar pequeñas pérdidas de orina. Incluso, pueden aparecer casos de pérdida de tacto en el suelo pélvico,  provocando  dificultad a la hora de sentir orgasmos.
Ejercitando nuestro suelo pélvico fortalecemos la musculatura de nuestras vagina (lo que ayuda a aumentar el placer en las relaciones sexuales), evitamos pérdidas de orina y aumentamos nuestra lubricación natural.

¿Cómo utilizarlas?
Introducidas en la vagina (utilizando un lubricante de base acuosa) durante 10 minutos los primeros días, para ir aumentando el tiempo hasta una media hora. Es importante moverse mientras se usan, para que las bolitas interiores golpeen las exteriores y provoquen una contracción involuntaria de los músculos de la vagina. Para limpiarlas, basta con lavarlas con agua caliente y jabón neutro, y dejarlas secar al aire.



lunes, 13 de mayo de 2013

Siéntete libre


En la Maleta Roja encontramos un artículo femenino muy ligado a nuestra salud y bienestar: la copa íntima femenina. Innovadora, segura, cómoda, ecológica, económica y respetuosa con nuestro cuerpo.


Copa Femenina
- Innovadora: nos brinda una nueva alternativa a los tampones y compresas.
- Segura: fabricada con silicona medica de alta calidad, hipoalergénica, libre de látex.
- Cómoda: muy fácil de utilizar, de mantener y de la que te puedes olvidar durante horas: no la notarás.
- Ecológica: evita el uso de productos de higiene fabricados con celulosa, plásticos y blanqueantes que además de contaminar el medio ambiente (al fabricarlos y al desecharlos tras su uso), pueden dejar restos de fibras e nuestra vagina.
- Económica: bien utilizada, puede durar 10-15 años, por lo que su coste es mucho menor que el de tampones y compresas en ese tiempo.
- Respetuosa con nuestro cuerpo: la razón más importante. La copa recoge el flujo menstrual, no lo absorbe, por lo que a diferencia de los tampones, no reseca las paredes vaginales, evitando esa molesta sensación para nosotras.



¿CÓMO ELIJO EL TAMAÑO?
La Maleta Roja tiene 3 tamaños de copa femenina diferentes; elegir el tuyo depende de tu complexión, altura y de si has tenido o no partos vaginales:
  • Talla S: para mujeres de menos de 30 años, sin partos vaginales, flujo escaso.
  • Talla M: para mujeres de más de 30, o que hayan sido madres, o con flujo hasta abundante.
  • Talla L: para mujeres de complexión grande, con flujo muy abundante y varios partos vaginales.

¿CÓMO LA UTILIZO?
Cuando vayas a usarla por primera vez debes esterilizarla: basta con que la hiervas 3 minutos en agua (siempre bajo supervisión), ¡y ya está lista para usar! Deberás esterilizarla al inicio de cada menstruación, y al final para guardarla hasta la próxima vez.
Para colocarla es importante que estés relajada. Puedes utilizar agua o un poco de lubricante (con base acuosa) en el borde para que sea más cómodo introducirla. Con las manos recién lavadas, dobla la copa formando una "C" e introdúcela hacia tu cóxis hasta que la base de la copa esté unos 2 centímetros dentro de tu vagina. Suéltala lentamente para que se abra y se ajuste a las paredes vaginales, y si es necesario gírala un poquito.
El apéndice no debe sobresalir de la entrada de tu vagina. Según te vayas acostumbrando, puede que te sea más cómodo recortarlo un poco, pero siempre con cuidado de no dañar la base.

Para sacarla, lávate bien las manos. Introduce tus dedos índice y pulgar y tira suavemente del apéndice o de la base de la copa, presiona un lado de la misma para liberar el efecto ventosa y sácala con cuidado de no derramar el contenido.
Vacíala en el inodoro y enjuaga la copa con agua fría primero, y luego con agua y jabón neutro. Si no estás en casa, puedes limpiarla con el agua de una botellita o con una toallita íntima.Ya puedes usarla de nuevo.

Puedes vaciarla de dos a cuatro veces diarias, depende de tu flujo. Puedes utilizarla por la noche, pero nunca más de 12 horas sin vaciarla. Si tienes pérdidas puede ser porque no la hayas colocado bien, o poruqe tengas que pasar al tamaño mayor.

Tras el periodo, guarda la copa esterilizada en su bolsa de tela, NUNCA en una de plástico o de cualquier material no transpirable.
La copa íntima puede usarse con anillo anticonceptivo, e incluso con DIU, pero en este caso, consulta siempre a tu ginecólogo.
No es recomendable usarla en el post parto, ni si tienes o has tenido hace poco algún tipo de infección, hongos, etc.



Sobre el síndrome de shock tóxico (SST), no se ha asociado con el uso de la copa menstrual. Pero si notas  durante tu menstruación un repentino malestar, fiebre, vómitos, diarrea, dolor de cabeza, dolor muscular, reacciones cutáneas extrañas, etc., consulta rápidamente a un médico.
Si alguna vez has tenido el SST, consulta a tu médico antes de usar la copa íntima.


 

jueves, 2 de mayo de 2013

...¿Y si soy asesora?

Hace ya unos años, una buena amiga, Ana, se embarcó en esta aventura de la Maleta Roja. Me quedé un poco ojiplática, y no por el tema en sí (ninguna somos mojigatas), pero yo tenía una idea un tanto propia de lo que podía ser una reunión de este palo.

De cualquier forma, estuvimos encantadas de hacer una reunión de prueba. Recuerdo que fue muy divertido y  nada de lo que era (o yo creía que era) una reunión "tuppersex": desfile de cacharros de dimensiones considerables, muchas risas... vamos, un rato divertido y a otra cosa, mariposa.
Pero... ¡no! Su Maleta Roja estaba llena de un montón de cosas que ni sospechaba: cosmética erótica para momentos íntimos y para exhibir en público (pero de forma sutil), productos de salud femenina, fragancias, sabores... y sí, claro: cacharritos, incluido alguno de tamaño considerable. Una Maleta Roja de asesora principiante y me dejó con la boca abierta.

Tras esa reunión hubo varias más: un par de ellas con compañeras de trabajo, un reunión mixta (la primera para Ana), una despedida de soltera que organicé... Y alguna otra más acompañando a Ana en sus reuniones. Y en todas me pareció tan interesante, que empecé a pensar en que igual yo no haría mal papel en esto...

Además de estar en un buen puñado de sesiones de su Maleta, en mis tiempos universitarios participé varios años como monitora voluntaria en programas de educación afectivo sexual con estudiantes de secundaria... que suponía que de algo (de mucho) podría ayudar todo aquello que aprendí y compartí.

Pero fue de nuevo Ana la que me dio el empujón definitivo, y me hizo proposiciones. Y acepté. Y en estas lides me encuentro: asesora de la Maleta Roja.

miércoles, 1 de mayo de 2013

Nieves y su maleta roja

Arranca aquí el blog de Nieves y su Maleta Roja. Un blog que empieza con poca soltura, pero con muchas ganas, así que ya disculparéis los resbalones que podáis encontrar.
 
Como presupongo que quien curiosee por aquí seréis sobre todo mujeres, me dirigiré a vosotras en femenino.
 
Gracias por dedicar un ratito a leer este blog. Espero que os resulte ameno y que, juntas, aprendamos nuevas cosas...
 
¡BIENVENIDAS!